El amor que yo te tuve,
la forma en que yo te quise,
en mi vida dejaron huella,
porque te marchaste un día,
y contigo se fue ella.
Desde entonces ya no vivo,
desde entonces ya no sueño,
que soy un barco a la deriva,
sin patrón ni marinero.
Soy un barquito velero,
a merced de las olas,
en el que manda la penumbra,
cual tormenta que lo asola.
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